Por A.Carlos González
Un millonario empresario se fue de vacaciones a un pequeño pueblo. Alquiló una casa junto a un río. Todos los días veía cómo un joven pescador pasaba 4 horas en su barca pescando peces. Cuando llenaba 2 cubos de peces, el pescador volvía a casa hasta el día siguiente. Esa era su vida durante 6 días a la semana. El empresario estudió la situación del joven pescador y un día se acercó a hablar con él:
Empresario: ¿Cuánto tiempo llevas pescando?
Pescador: Llevo toda la vida, desde que era pequeño. Mi padre me enseñó a pescar y a buscarme la vida con la pesca.
Empresario: ¿Y gana bastante dinero?
Pescador: No me hago rico, pero pago mi hipoteca, la luz, el seguro y tengo tiempo libre para mi familia y jugar a las cartas con mis amigos.
Empresario: He visto que cada día vienes a pescar 4 horas y únicamente llenas 2 cubos de pescado. ¿Sabías que si en lugar de pescar en esta parte del río, si lo hicieras 5km más abajo en el mismo tiempo podrías llenar 4 cubos de pescado en lugar de dos?
Pescador: Sí, lo se, pero tendría que dedicar 1 hora más, y yo aprecio mucho más el dedicar ese tiempo a mi familia y jugar a las cartas con mis amigos
Empresario: Ya, pero si dedicando 1 hora más puedes duplicar la cantidad de peces, si dedicas 4 horas más, podrías cuadruplicar la cantidad de peces.
Pescador: ¿Y por qué iba a querer hacer eso? Ya le he dicho que para mí lo más importante es estar con mi familia y jugar a las cartas con mis amigos. ¿Por qué querría hacerlo?
Empresario: Porque en unos meses podrías contratar nuevos pescadores.
Pescador: ¿Y para qué querría hacer eso? Le estoy diciendo que yo sólo quiero estar con mi familia y jugar a las cartas con mis amigos. El tener más pescadores me haría tener que estar pendiente de las nóminas y contar el resto del pescado que me traen. ¿Así que por qué querría hacerlo?
Empresario: Porque de esa forma, tendrías tu propia flota, tu propia empresa.
Pescador: Usted no me entiende, yo lo que realmente aprecio es estar con mi familia y jugar a las cartas con mis amigos. ¿Así que para qué quiero tener mi propia flota?
Empresario: Porque teniendo tu propia flota, tendrás suficiente pescado como para dejar de vender al por menor. Podrás saltarte a los intermediarios e ir directamente al proveedor, aumentando tu margen de beneficio. Con el tiempo, podrás incluso comprar la empresa de tu proveedor y ser el número uno en abastecimiento de pescado en toda la región. Antes de que cumplas los 40 años, podrás hacer dos cosas con tu empresa: O venderla o sacarla a bolsa. En ambos casos serás rico.
Pescador: ¿Y una vez que sea rico...qué?
Empresario: Pues a pasar tiempo con tu familia y a jugar a las cartas con tus amigos.
Este empresario proponía al pescador el hacer un esfuerzo extra y temporal para en un futuro ganar calidad de vida. Con 30 años no es momento de acomodarse, sino de salir a conquistar el mercado.