miércoles, 29 de octubre de 2014

NO ES FÁCIL SER JEFE: Mi jefe no me escucha y además se explica mal

¿Es fácil ser Jefe?. Nos remitimos a una encuesta publicada en Cinco Días, sobre las habilidades menos valoradas por sus colaboradores en sus jefes .

Ni se explican con claridad, ni saben escuchar, pero tienen remedio. La comunicación es el aspecto que más falla entre los jefes españoles, según una encuesta del Centro de Estudios Financieros (CEF) sobre los comportamientos más irritantes de los directivos, inspirada en un estudio similar de 2003 de la consultora Otto Walter.
El 46% de las 3.178 personas que respondieron al formulario consideran que sus jefes 'no comunican con claridad sus objetivos'; el 44% que 'no motivan'; el 32%, que 'no comunican bien' en general; y otro 32%, 'que no escuchan'.
Paco Muro, presidente ejecutivo de Otto Walter España, considera que eso reduce de forma importante 'la implicación de las personas'. Los autores del estudio, coordinados por Ángel Fernández Muñoz, psicólogo y profesor del CEF, aseguran que la comunicación es 'una asignatura pendiente' y la habilidad que más se demanda de un directivo, aunque, matizan, 'se aprende y se desarrolla'. Muro subraya que 'los jefes no nacen sabiendo, y quieren hacerlo bien, aunque no lo logren'.
En el segundo lugar entre los reproches más citados se cuelan los jefes que 'no motivan', con un 44%. Muro comenta que 'desmotivar es muy fácil, mientras que motivar es enormemente difícil. Si un día pierdes los nervios, no vale para nada que te portes bien los siete siguientes, te van a valorar por ese mal día'.
Entre los diez pecados más frecuentes están también quienes 'no lideran, sino que mandan', quienes 'no enseñan ni forman', quienes 'no gestionan bien su tiempo ni el de sus colaboradores', y quienes 'se estresan'. Defectos todos que pueden combatirse, explican los expertos.

Los mayores se quejan más
'Más difícil' lo tienen aquellos que se contradicen con frecuencia, factor que aparece en el séptimo lugar de la lista. 'Revela un rasgo de personalidad, lo cual obliga a optimizar los procesos de selección' en este aspecto, afirman los profesores del CEF.
El objetivo del estudio era determinar los comportamientos más recomendables para ejercer con eficacia el estilo de liderazgo 'democrático-participativo', en el que es fundamental que los directivos acepten un 'consenso intelectual mínimo' con sus empleados, como se explica en la introducción del documento.
En la encuesta, realizada a principios de año, participaron voluntariamente antiguos alumnos y suscriptores de las revistas del CEF, un 80% de ellos españoles.
En él se refleja también un mayor índice de quejas entre los trabajadores de más edad que entre los empleados jóvenes, especialmente en relación a la 'incompetencia directiva' de sus jefes. 'El veterano no distingue entre unos defectos y otros, tiende más a pensar que el jefe, directamente, no vale', explica el presidente de Otto Walter España.
Fatalismo que no comparten los expertos, y contra el que se debe luchar si se quieren evitar las malas relaciones entre jefes y empleado, problema que, junto con el dinero, es el principal motivo para que un trabajador abandone una compañía, advierte Muro.

Prohibidos los gritos, las broncas y las groserías

Falta de respeto y prepotencia, comportamientos que en el estudio del Centro de Estudios Financieros no son citados ni por el 30% de los encuestados, pero que encabezaban la lista en el estudio de Otto Walter. 'Irritación, irritación, la produce esta forma de comportarse', opina Paco Muro, 'más que una comunicación deficiente'.
Hablar a gritos, las broncas en público y la falta de educación son conductas sufridas por el 50% de los trabajadores. 'Lo mínimo a que obliga ser jefe es a guardar las formas en toda circunstancia', subraya Muro.
La prepotencia, la vanidad, aparecen sobre todo 'en la primera jefatura, y algunos no se dan cuenta de su error en toda su carrera', añade el consultor.

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